-
-

martes, 23 de octubre de 2012

Por qué debes entrenar con pesas

En cualquier fase de la vida -desde la adolescencia hasta las edades avanzadas- se recomienda un entrenamiento de la fuerza adaptado a cada persona.

La razón es que el entrenamiento de la musculatura se considera como el factor más importante para la mejora de la capacidad de rendimiento y de la calidad de vida y proporciona una figura cuidada y atractiva.

1. Mejora de la fuerza muscular

Para comenzar, el entrenamiento mejora el juego conjunto de los músculos (coordinación intermuscular).

Progresando con la intensidad del entrenamiento, los músculos aprenden además a implicar cada vez un mayor número de fibras musculares (coordinación intramuscular). Los signos visibles se manifiestan en una mayor tonificación y ante todo un aumento de la masa muscular.

El alcance del crecimiento muscular depende mucho de las hormonas que generan los músculos, por ejemplo la testosterona (hormona de las glándulas genitales masculinas) ; por esta razón, el crecimiento muscular suele ser claramente superior en los hombres que en las mujeres.

2. Mayor desgaste calórico

Cuanto mayor sea el porcentaje de musculatura, mayor será también el número de «estufas» que quemen la energía. Con cada kilo más de masa muscular se aumenta notablemente el consumo de calorías durante las 24 horas del día. Por ello, las personas que entrenan tienen facilidades para controlar su peso corporal.

A tener en cuenta: las personas con un alto porcentaje de musculatura también pesan relativamente más, ya que la masa muscular pesa mucho más que la grasa corporal. Esto no tiene que ver con la obesidad.

 3. La musculatura mejora la postura

Los músculos flácidos también dan un aspecto caído al cuerpo, y la musculatura desarrollada unilateralmente provoca una postura poco armónica. En cambio, un corsé muscular formado de manera simétrica lleva a una figura atractiva.

4. Prevención de lesiones

Los músculos bien desarrollados envuelven el cuerpo como una armadura. Lo protegen frente a golpes y caídas. La espalda y las grandes articulaciones obtienen una protección adicional cuando los músculos facilitan una movilidad armónica en las articulaciones y compensan el peligro de sobrecarga.

5. Evitar los efectos de la edad

La masa muscular empieza a menguar paulatinamente a partir de los 30 años de edad en ausencia de un entrenamiento sistemático de la fuerza. Esta degradación no depende a priori del envejecimiento,sino que resulta sobre todo de la falta de entrenamiento.

Por esta razón puede haber gente mayor entrenada que se encuentra más en forma y más fuerte que jóvenes no entrenados.

Luego, un entrenamiento de la fuerza correctamente dosificado constituye una receta perfecta para contrarrestar los efectos del envejecimiento hasta edades avanzadas.

6. Huesos estables

La osteoporosis, es decir, la falta de desarrollo o bien la degradación de la masa ósea, se está convirtiendo cada vez más en una enfermedad de la civilización no sólo para las mujeres, sino también para los hombres.

Estudios actuales demuestran que la actividad física resulta decisiva en el desarrollo o mantenimiento de la sustancia ósea. Sobre todo, los primeros treinta años de la vida son importantes: Cuanto mejor crezca en esta fase la masa ósea (valor máximo de la densidad de los huesos), mayor protección habrá durante las fases siguientes de la vida.

Pero el entrenamiento de la fuerza no sólo ayuda de manera preventiva, sino que también como rehabilitación, reduciendo la degradación ósea. Además, los músculos fuertes protegen las articulaciones.

7. Efectos positivos para la diabetes

A través del entrenamiento de la fuerza se obtiene -igual que ocurre con el entrenamiento de la resistencia- una mejora de la sensibilidad frente a la insulina. Esto es un requisito esencial para el aprovechamiento regular del azúcar sanguíneo y, por tanto, es un mensaje importante para la lucha contra la diabetes como enfermedad metabólica.

8. Mejor percepción del cuerpo

El trabajo intensivo con el propio cuerpo también ejercita la percepción corporal. Durante el entrenamiento de la fuerza se tiene la opción de reconocer las señales del cuerpo y asimilarlas correctamente.

Esto hace especial hincapié en la percepción del esfuerzo y el control del movimiento.

9. Aspectos positivos para enfermos coronarios

Con el aumento de la fuerza máxima, tanto los esfuerzos cotidianos como los deportivos resultarán más fáciles. Esto tiene especial interés para los pacientes de corazón en el sentido que tardarán más en llegar a sus límites de esfuerzo -estando bien entrenados-.

Esta amortiguación puede significar un importante factor protector ante sobrecargas del sistema cardiovascular.

10. Capacidad general de rendimiento

Si ya ha realizado alguna vez un buen entrenamiento de la fuerza conocerá la sensación al final de la sesión: Todo el cuerpo se siente agradablemente irrigado, relajado y a la vez completamente disponible.

La figura se vuelve más atractiva y el caminar más erguido.

Si entrena con mayor continuidad, estas sensaciones breves se convierten en un efecto duradero, y ya no querrá prescindir de estos resultados positivos.

No hay comentarios: