
Si la carrera se hace en terrenos con desnivel con más razón, ya que el pie tiende a situarse en la parte delantera de la zapatilla, creándose mucha presión. Si tenemos unas zapatillas de correr que nos quedan muy justas pueden aparecer las típicas secuelas por estar el pie muy apretado, como son las uñas negras, las ampollas o el adormecimiento en el pie durante la carrera.
Cuando nos probemos las zapatillas nuevas debemos atárnoslas, ponernos de pie y asegurarnos que la punta del dedo gordo no toca el extremo de la zapatilla. Una cosa también importante es probarnos la zapatilla con el pie que tengamos más largo. Es algo que la gente desconoce, pero lo normal es que uno de nuestros pies sea más grande que el otro (en los diestros el izquierdo y viceversa), por eso debemos probarnos la zapatilla con este y así nos aseguramos de que no nos quedará demasiado ajustada.
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