
Mete las piernas en agua con hielo y déjalas así durante 10 minutos.
Gracias a esto, los baños de hielo reducen la hinchazón y la inflamación causadas por microrroturas de los músculos de las piernas. Además, después el riego sanguíneo de las piernas aumenta mucho, cosa que favorece el aporte de oxígeno a los músculos. Si no tienes cubitos en cantidad suficiente, date una ducha con agua helada.
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