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lunes, 30 de abril de 2012

El trabajo muscular de los abdominales

Los abdominales forman un grupo muscular. Éste está situado sobre el vientre. Un grupo muscular está compuesto de varios músculos, a su vez compuestos de múltiples fibras musculares.

Son cuatro los músculos que componen los abdominales: El gran derecho del abdomen que ocupa la parte central, el gran oblicuo y el pequeño oblicuo, que están situados en los costados, y el transverso que es más profundo. Este grupo muscular comienza en los lados y se termina en la zona del pubis.

El trabajo muscular

Es beneficioso para la espalda: primero porque garantiza el mantenimiento y la protección de la columna vertebral. Cuando el tono muscular de los abdominales es demasiado débil, entonces son los discos intervertebrales son los que juegan un papel de amortiguación de los golpes y de las presiones recibidas por la columna.

Cuando estos discos se ven comprimidos en exceso, entonces su estado comienza a degradarse, se inflaman y se desbordan del canal circular de la columna y se apoyan sobre las terminaciones nerviosas situadas cerca de las vértebras. Se trata de la célebre hernia discal que es tan dolorosa. Por lo tanto, lo primero de todo es prevenir estos problemas de espalda, que hace que el refuerzo abdominal sea tan necesario.

Es una cuestión de estética: trabajando los abdominales, afinamos la cintura y reducimos el vientre. Psicológicamente es bueno ver cómo los abdominales se van diseñando progresivamente.

Para ser más eficaz en este trabajo muscular, los abdominales deben implicarse en gran medida en la movilización y estabilidad de la pelvis. La pelvis mantiene el equilibrio del cuerpo. Un jugador de golf, un jugador de tenis, un corredor, o un boxeador necesitan tener buenos abdominales con el fin de garantizar una correcta transmisión de la fuerza para que sus gestos sean absolutamente eficaces.

Los aspectos cualitativos

Es importante respetar la columna vertebral cuando se refuerzan los abdominales. Los principales riesgos están relacionados con una mala postura que puede terminar haciendo mucho daño. Por esta razón, debemos estar vigilantes cuando se comienzan a trabajar los abdominales.

El peso de las piernas es demasiado importante y os obliga a curvar los riñones, lo que pone en riesgo la zona baja de la columna. La garantía para atenuar los riesgos es bajar la parte baja de la espalda, metiendo el vientre durante todos los ejercicios que se hacen estirados en el suelo, sobre la espalda.

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